Redacción Madrid. 18 de Octubre.

  El ganador del Premio Fernando Lara 2007, Jesús Sánchez Adalid, es el autor de 'El caballero de Alcántara' (Ediciones B, Grupo Zeta), una novela histórica que narra las aventuras del caballero Luis María Monroy, enviado en misión secreta por Felipe II a Oriente para que espiara al Gran Judío, "un portentado que empezó a construir su emporio comercial en territorio español y se estableció finalmente en la Orden de Constantinopla, huyendo de la Inquisición".

   Sánchez Adalid explicó en una entrevista a Europa Press que la acción se enmarca históricamente en la etapa "más convulsa" del reinado de Felipe II, ya que en esos años el monarca sostuvo "una guerra casi a tres bandas". En concreto, el autor se refirió a los conflictos que mantuvo "en Flandes contra los protestantes; en el Mediterráneo con el Gran Turco, que siempre suponía una amenaza; y en sus propios dominios, para hacer frente al levantamiento de los moriscos en Granada".

   Al hilo de ello, explicó que esa concatenación de episodios "se produjo en el peor año del reinado del monarca", ya que coincidió la muerte de la reina Isabel de Valois con la de su heredero, de modo que "Felipe II tuvo que reencontrarse y meditar consigo mismo en la soledad de sus bosques para decidir qué hacer con sus reinos".

   Con todo, Sánchez Adalid quiso aclarar que Felipe II no es el protagonista de la novela, sino que aparece en el relato, por el contexto histórico en el que se desarrolla la trama, "como un personaje secundario". Más concretamente, precisó que se retrata a Felipe II como un rey austero, que se ha establecido en Madrid y tiene muy pocas relaciones institucionales porque ha dejado de ser un monarca guerrero a diferencia en este caso de su padre, el emperador Carlos V, según subrayó el escritor.

   Frente a su figura paterna, Sánchez Adalid se refirió a Felipe II como un monarca "bastante estable". De hecho, recordó en este punto que "se mantuvo apartado de los escenarios bélicos cuando hizo frente a la guerra de Granada, quedándose en Córdoba, desde donde dirigió las operaciones". Según puso de manifiesto, ese personalidad supuso "un cambio sustancial" respecto a los siglos anteriores, en los que el rey se desplazaba "continuamente" llevando consigo a su corte.

   "Felipe II es un monarca asentado que desarrolla su actividad en un espacio físico determinado y se encuentra rodeado de unos burócratas o secretarios de Estado que le solucionan todos los problemas administrativos", aseguró Sánchez Adalid.    

   En este sentido, recordó que a esta etapa pertenecen las medidas de Estado "más relevantes" de su reinado. Así, le dio "más importancia" a la diplomacia a través de una red internacional que le aseguraba el "permanente" contacto con los líderes políticos del momento.

   Asimismo, estableció una red de espionaje, "como no se había conocido nada anteriormente", de tal manera que por sus dimensiones y características puede hablarse de un sistema de inteligencia "al modo de los que se utilizaron en las dos últimas Guerras Mundiales", señaló el escritor.

UNA NOVELA DIFERENTE A LA PREMIADA

   Por otra parte, reconoció que tras la conquista del Premio Fernando Lara de Novela "creció" su responsabilidad para con el lector, si bien destacó que "siempre" tuvo claro que esta novela que ahora ve la luz tenía que ser "muy diferente a la premiada", que era "más reflexiva e interior", mientras que 'El caballero de Alcántara' tiene un espectro geográfico "mucho más amplio".  

   Jesús Sánchez Adalid (Villanueva de la Serena, Badajoz) se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de Doctorado en la Universidad Complutense. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filología y Teología. Además, es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca y colabora habitualmente en RNE.

   Ganador del Fernando Lara por 'El alma de la ciudad', sus novelas 'La luz de Oriente', 'El mozárabe', 'Félix de Lusitania', 'La Tierra sin mal', 'El cautivo' y 'La sublime puerta' (todas ellas de Ediciones B) han sido acogidas con gran entusiasmo por la crítica y el público.